Independientemente de las condiciones, ya sea calor o frío, el cuerpo humano se regula a sí mismo para mantener su temperatura a 37 °C, temperatura a la que su funcionamiento metabólico y muscular es óptimo. El hombre, una máquina formidable, está capacitado para ser homeotermo porque somos capaces de mantener nuestra temperatura interna alrededor de un valor objetivo de 37 °C. Esto es gracias a diferentes procesos que se activan de forma natural cuando el cuerpo siente demasiado calor o demasiado frío. Así es como funciona la regulación del clima corporal...
37 °C, VALOR OBJETIVO
Independientemente del entorno, desde el frío extremo de las estepas siberianas hasta el calor sofocante del desierto de Arabia, la humedad de las selvas amazónicas o las cordilleras montañosas del Himalaya, el ser humano se adapta y busca mantener el cuerpo a una temperatura constante de 37 °C. Porque es a 37 °C cuando sus células y músculos son más eficientes. Por lo tanto, es un ser de «sangre caliente», llamado «homeotermo», a diferencia de las especies de «sangre fría», descritas como poiquilotermas, cuya temperatura interna sigue la del aire ambiente.
Para ser más precisos, la temperatura corporal del ser humano oscila entre los 36,1 °C, en plena noche, en el momento en que el funcionamiento metabólico es más tranquilo, y los 37,8 °C, al final de la tarde, en la hora punta de actividad.
DOS CUARTOS, DOS AMBIENTES
Si la temperatura media del ser humano es de 37 °C, no es homogénea en todo el cuerpo. De hecho, el cuerpo humano consta de dos zonas distintas. Dos habitaciones, dos ambientes. Dos partes, dos atmósferas:
A - La zona central, llamada «núcleo» o «tronco», que incluye todos los órganos nobles absolutamente necesarios para nuestra supervivencia (sistemas respiratorio, digestivo y cerebral), cuya temperatura debe mantenerse en torno a los 37 °C.
B - La envoltura periférica que incluye todas las «extremidades». Estas extremidades son más que útiles, pero no tienen una función vital (pies, manos...). La temperatura de estas extremidades puede fluctuar ligeramente sin consecuencias demasiado perjudiciales o inaceptables, dentro de lo razonable.
EL CUERPO HUMANO, ESTA FÓRMULA 1
El cuerpo es una gran máquina. Su autorregulación térmica también puede compararse con un automóvil reluciente cuyo funcionamiento se basa en:
Un piloto: el hipotálamo. Su papel es crucial porque, situado en el cerebro, actúa como un centro de control cuya función es analizar continuamente la información de los receptores sanguíneos de la piel y los termorreceptores cutáneos. Una vez recibida esta información de temperatura, la compara con el valor objetivo y luego activa los mecanismos específicos de autorregulación.
Un motor: el «tronco» o núcleo central del cuerpo, cuyo único propósito es mantener su clima a esta velocidad de crucero constante y óptima alcanzada a 37 °C.
Combustible. Porque para funcionar de manera eficiente, nuestro sistema de regulación térmica requiere los alimentos y la energía necesarios para las reacciones metabólicas; el oxígeno que sirve para mantener la actividad celular; y el agua, esencial para el funcionamiento de la circulación del flujo sanguíneo.
DIFERENTES FLUJOS DE TEMPERATURA: SUMINISTRO DE CALOR Y MECANISMOS DE PÉRDIDA
Mantener una temperatura constante implica para nuestro cuerpo una búsqueda perpetua de equilibrio. Un ejercicio de funambulista en una cuerda floja, el de los 37 grados centígrados. El cuerpo humano es un equilibrista que hace malabarismos entre diferentes procesos y flujos de calor para interactuar con su entorno.
RADIACIÓN
La RADIACIÓN es el intercambio térmico que tiene lugar en forma de difusión infrarroja entre el cuerpo humano y los elementos circundantes cuya temperatura es diferente. Es, por ejemplo, por este fenómeno de RADIACIÓN que el cuerpo se calienta al absorber los rayos del sol.
CONVECCIÓN
La CONVECCIÓN se define como el intercambio de calor entre nuestro cuerpo y el fluido ambiental en el que evoluciona: aire o agua. Para cada uno de estos fluidos existe un punto isotérmico. El punto isotérmico es la temperatura por debajo de la cual el cuerpo humano, en este entorno determinado, pierde calor. Es de 25 °C para el aire y de 37 °C para el agua.
CONDUCCIÓN
La CONDUCCIÓN se refiere al intercambio de calor entre dos cuerpos en contacto, sin que uno se mueva en relación con el otro. El hecho de que una silla esté caliente después de sentarse en ella durante un rato es un muy buen ejemplo de este fenómeno.
EVAPORACIÓN
La evaporación es la pérdida de calor asociada a la secreción de agua por nuestro cuerpo. Esta EVAPORACIÓN puede ser:
- Pasiva, a través de la RESPIRACIÓN => el aire que respiramos está cargado de humedad.
- Activa, por TRANSPIRACIÓN => el cuerpo crea entonces una capa de agua en la piel para enfriarse.
La evaporación representa alrededor del 25 % de la pérdida de calor en reposo, pero puede llegar hasta el 80 % durante el ejercicio, especialmente debido a la transpiración, durante la actividad física.
CUANDO EL CUERPO SE CALIENTA DEMASIADO...
Así es como su cuerpo se protege del riesgo de «sobrecalentamiento»:
- Disipa y expulsa el exceso de calor interno hacia su entorno externo. Esto se llama termólisis. Esta termólisis pasa por las diversas transferencias mencionadas anteriormente, especialmente la evaporación del calor por sudoración. La sudoración permite, en particular, la aparición de una fina partícula de agua en la superficie de la piel para reducir la temperatura cutánea.
- El cuerpo practica un ajuste circulatorio. Es decir, realiza una vasodilatación de los vasos sanguíneos, cuyo diámetro aumenta, para favorecer el flujo sanguíneo y, por tanto, la expulsión de calor.
CUANDO EL CUERPO SE ENFRIAR DEMASIADO...
Así es como reacciona su cuerpo al riesgo de congelación en el acto:
- Crea calor interno a través de actividades metabólicas. Esto se llama termogénesis. Temblar es una de estas actividades, ya que implica contracciones musculares involuntarias y repetidas que generan producción de calor por los tejidos subcutáneos. Es decir, ciertos gestos simples permiten favorecer o acelerar esta producción de calor por termogénesis: moverse, hacer su actividad deportiva, comer, estar bien hidratado...
- Absorbe calor del exterior. Dependiendo del punto isotérmico: si el aire está por encima de 25 °C y el agua a 37 °C.
- Retiene el calor ya presente gracias a una vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos para limitar los intercambios con el entorno externo. El diámetro de los vasos cerca de la piel se estrecha para aislar la envoltura periférica de la zona central y dirigir el flujo sanguíneo primero al sistema venoso profundo.
Por último, aunque el cuerpo tiene una capacidad natural de regulación, también tiene sus propios límites. Por eso, en aras de la comodidad y la seguridad, es aconsejable equiparse con productos técnicos que se adapten perfectamente a sus actividades deportivas y ayuden a mantener la temperatura corporal a 37 °C, sean cuales sean las condiciones.
¿Tiene las manos frías? Consiga unos guantes térmicos. ¿O los pies fríos? Entonces, los calcetines térmicos son para usted. Y si es friolero, nuestras chaquetas y chalecos térmicos le irán como un guante. Si estos no son adecuados para sus actividades deportivas, nunca se arrepentirá de comprar una camiseta interior térmica.